Agricultores de arroz en Japón y drones

Dentro de las actividades económicas de Japón,la producción de arroz vio un incremento de 2011 a 2013 que sigue subiendo y ofreciendo beneficios a su economía. De acuerdo con The Observatory of Economic Complexity (OEC) en 2016 la exportación de arroz representó 4.6% de $888 millones de dólares que aportó el sector agrícola. 

Esto se debe a que las tierras de los agricultores de arroz han estado sujetas a la mecanización gradual, lo que permite que dispongan de tecnología de punta para sus cultivos. 

Un ejemplo de tales tecnologías son los drones, que sirven para analizar el tallo del arroz y rociar las cantidades necesarias de pesticidas y fertilizantes. Estas tareas que toman más de una hora al agricultor  el dron las realiza en 15 minutos.

Los drones en las arroceras japonesas ayudan a llevar a cabo tareas agotadoras en poco tiempo, lo que beneficia sobre todo a los granjeros de edad avanzada. Pero también, funcionan de maravilla para las comunidades rurales que se enfrentan a la escasez de mano de obra como consecuencia de los movimientos migratorios y, del poco interés de los jóvenes en el campo. 

Más datos menos trabajo 

Los drones en los campos japoneses no son nuevos, en 1983 Yamaha desarrolló su primer piloto bajo el pedido del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón. Para enero de 2018, de acuerdo con la Oficina de Políticas de Tecnología del Ministerio de Agricultura, hay un registro de 673 drones trabajando en los cultivos nipones. 

Dentro de sus beneficios se encuentran que no dañan las verduras de hoja, ofrecen información de un mal crecimiento de cultivo, capturan imágenes nocturnas y registran daños en canales de riego. 

Pero también pueden utilizarse para tomar fotos con el objetivo de analizar daños por plagas, malezas o roedores. Lo que reduce el trabajo y la cantidad de químicos utilizados. 

En el caso del arroz japonés, el tema es importante porque a pesar de que su producción es alta y se compara con la estadounidense, es mucho más baja que la de otras naciones asiáticas. 

Es por eso que están ideando nuevas técnicas en las que la intervención de estas tecnologías llame a los más jóvenes al campo, pero también, que lo que se produzca valga más. Un ejemplo reciente es la iniciativa de cultivo de arroz orgánico con drones, ya que pueden prever las dificultades a las que se enfrente el crecimiento del grano y actuar con inmediatez.  

Con todo esto, la esperanza es que utilizar drones en el campo japonés aumente la productividad de los cultivos, mejore sustentabilidad de las prácticas agrícolas y ofrezca mayores ingresos a los agricultores. 

Fuente: Reuters

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