De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para 2050, la población mundial llegará a los 9.1 mil millones, lo que representa 34% más que en la actualidad. La mayoría del aumento se producirá en los países en desarrollo.
Además, la mayoría de las personas vivirán en ciudades y el campo será abandonado tanto como las actividades económicas que ahí se realizan. El ritmo que presenta la urbanización es muy acelerado, a tal grado que la población mundial llegará a ser 70% urbana.
Para cubrir las necesidades alimentarias de una población más basta y urbana, la producción de alimentos tendría que aumentar en un 70%. La producción de cereales, al año, tendría que aumentar de manera considerable para poder alcanzar 3,000 millones de toneladas partiendo de los 2,100 millones actuales; por su parte, la producción de carne deberá aumentar más de 200 millones de toneladas para llegar a 470 millones de toneladas.
Pero para satisfacer la necesidad alimentaria de la población mundial, no basta con el incremento de producción. El organismo internacional, afirma que el aumento en la producción alimentaria es posible mediante acciones e inversiones aplicadas a políticas de producción agrícola.
Riesgos del cambio climático
El cambio climático representa un riesgo importante para la seguridad alimentaria a largo plazo. Por ejemplo, existen granos muy sensibles a temperaturas altas y a las fuertes olas de calor, otros a las intensas lluvias, en todos existen casos de la afectación directa del cambio climático a la agricultura.
Es por esto que las políticas a favor del uso de los biocombustibles y de la inversión en tecnologías, deben reconsiderarse con el fin de disminuir la competencia entre alimentos, disminuir la huella de carbono y utilizar de forma sostenible los recursos con lo que contamos.
La Tierra tiene los elementos necesarios para cumplir con estos retos, pero es labor de la sociedad seguir invirtiendo en la innovación necesaria para satisfacer la necesidad alimentario a largo plazo para la población mundial.
Fuente: FAO