Semillas mejoradas para combatir el hambre

Productores de semilla en Etiopía colaboraron con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para utilizar semillas mejoradas contra la sequía que los atacó en 2016. Habían pasado sin lluvia tres años, así que la asistencia internacional tuvo que actuar.

Recurrieron a programas alimentarios de emergencia, quienes proporcionaron semillas a familias productoras y les ayudaron a recuperar sus cultivos después que perdieron como consecuencia del fenómeno El Niño durante 2015 y 2016. En 2017 empezaron a sembrar semillas mejoradas y todo cambió. Por ejemplo, Usman Kadir ––un agricultor con 1.5 hectáreas–– cosechó tres toneladas con las cuales su finca volvió a funcionar.

En el oriente de Etiopía se perdieron entre 50 y 90% de los rendimientos esperados. Esto afectó a más de 10 millones de personas quienes fueron atacadas por la escasez de maíz y de trigo para la siembra. Ante esta situación, los organismos entregaron a los agricultores más de 3,400 toneladas de semilla de alta calidad que se sembraron en 100,300 hectáreas.

Con estas acciones rescataron la seguridad alimentaria y los medios de vida de 271,000 familias rurales y de 1.6 millones de distintas regiones etíopes. Además, como acciones a futuro, estas semillas ayudarán a enfrentar crisis climáticas, enfermedades y plagas.

Efecto duplicador en el mundo

En 2012, agricultores de América Central participaron en un proyecto en colaboración con la FAO. Cuando finalizó, la cantidad de semillas de calidad utilizadas en los campos de frijoles y maíz pasó de 8% a 16%.

Tanto la calidad como la cantidad de las semillas aumentó y estos avances tuvieron repercusiones en la seguridad alimentaria. Los agricultores que plantaron esas semillas doblaron su rendimiento con una producción de frijol suficiente para alimentar 458,000 familias, mientras que el maíz lo haría con 188,000.

Híbridos del maíz en México

Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de Alimentación 2014, asegura que los retos en México para enfrentar la seguridad alimentaria requieren de un modelo en el que las semillas mejoradas lleguen a los agricultores.

De acuerdo con el doctor Rajaram, el incremento de población en México alcanzará 150 millones en 2050. Y, a esta creciente demanda de alimentos, se suman los estragos del cambio climático. Por eso, considera de suma importancia analizar aspectos relacionados con la deforestación y la salud de suelo, pero sobre todo, modelos que resuelvan las problemáticas de autosuficiencia en la producción de alimentos.

En esta última labor, la integración de pequeños agricultores para la producción de maíz es fundamental, ya que, para lograr la autosuficiencia de este grano tienen que pasar de una producción de tres a cinco toneladas por grano.

Para el científico, esto puede conseguirse con programas en los que participen semillas mejoradas, especialmente híbridos. Por último, el investigador menciona que la difusión del uso de híbridos, sumado a buenas prácticas agrícolas, también ayudaría a eficientar el uso del agua, un recurso cada vez más escaso.  


Fuente: CIMMYT

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